El futuro ya llegó… pero parece que lo hizo con un guión escrito por un comediante con resaca. Esta semana, la tecnología nos regaló un desfile de noticias tan extrañas que parecen inventadas en un brainstorming de ciencia ficción low cost. Desde un anillo “inteligente” que terminó siendo más peligroso que romántico, hasta drones que luchan contra mosquitos y un robot antílope que cuida ovejas como si fuera el nuevo sheriff del campo.

Acá va nuestro #NoEsFake de la semana:
1) El anillo inteligente que terminó en sala de emergencias
La idea era simple: un accesorio tecnológico para estar conectado y a la moda. Pero la batería del anillo decidió inflarse más que un ego en LinkedIn y su dueño terminó en el hospital. Romance tecnológico: 0 – lesiones por litio: 1.
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2) Tesla presenta el “modo perro” 🐶
No, no es para que el auto ladre. La función busca mantener a las mascotas seguras dentro del vehículo, regulando la temperatura y mostrando mensajes en la pantalla para tranquilizar a los humanos que pasen cerca. Elon Musk ya puede sumar “niñera de perros” a su currículum.
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3) Hackean la cuenta de la Policía Federal en X… para vender cripto
El colmo: un perfil oficial usado para promocionar una estafa. Como si fuera poco, en la publicación figuraban logos oficiales y hasta emojis de billetes. La moraleja: si hasta la Policía es víctima del phishing, no subestimes los mails raros que llegan a tu bandeja.
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4) Hong Kong usará drones y perros robot contra el chikungunya
Mientras algunos países siguen discutiendo sobre repelente en crema, en Hong Kong apuestan fuerte: drones volando con precisión quirúrgica y perros robot para controlar mosquitos transmisores del virus. Black Mirror se está quedando corto.
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5) En China, un robot antílope será el pastor del futuro
Pastores tradicionales, tiemblen: llega el robot antílope. Un cuadrúpedo futurista que patrulla rebaños en el campo chino. Todavía no sabemos si sabe balar, pero la imagen es clara: la ganadería ya tiene su primer superhéroe mecánico.
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✨ Conclusión:
La semana tecnológica nos dejó una certeza: la línea entre innovación y absurdo es cada vez más delgada. Y, como siempre, acá estamos para celebrarlo. Porque no, no es fake.